miércoles, 14 de noviembre de 2012

Jenaro Villamil - La crisis de la BBC, información y pederastia


El consorcio audiovisual más grande del planeta está en crisis directiva, a unos días de cumplir sus 90 años de existencia. No es la primera vez que la BBC británica, modelo de televisión y radio públicas en todo el mundo, enfrenta un duro debate interno y externo.
En 2004, Gavyn Davies, su director de la Junta de Gobierno, y Greg Dyke, director general, tuvieron que renunciar por el mal manejo de un informe de inteligencia en vísperas de la polémica invasión a Irak, apoyada por el premier Tony Blair. En 1987, la BBC tuvo un fuerte desacuerdo con el gobierno conservador de Margaret Thatcher.




En esta ocasión, el tema explícito no parece ser un enfrentamiento con las autoridades gubernamentales ni un asunto de política exterior. Es menos glamoroso, pero más crudo para la fortaleza y credibilidad de la cadena de televisión, radio y medios digitales: es la sombra de un escándalo sobre pederastia en contra de su ex presentador estelar, Jimmy Savile, recién fallecido; la sospecha de que los responsables informativos censuraron una investigación sobre este caso en el programa Newsnight (que condujo Savile en los ochenta); y la emisión de un reportaje en el mismo programa, el pasado 2 de noviembre, donde un testigo de abusos sexuales acusó a un exalto representante del Partido Conservador.
Buena parte de la historia inició hace un año, cuando la cadena ITV, privada, transmitió un programa sobre Saville, acusándolo de haber abusado de varios niños y adolescentes durante cuatro décadas. Saville, luminaria de la BBC durante varios años, recién falleció a los 84 años de edad.
En diciembre de 2011, Newsnight decidió no transmitir una investigación con aseveraciones en contra de Saville, generando un velo de sospecha sobre Helen Boaden, directora de información de toda la cadena BBC, y sobre Stephan Mitchell, su segundo de a bordo en la empresa caracterizada por rígidos códigos de información y contra la censura.
El asunto se complicó cuando el 2 de noviembre de este año, Newsnight transmitió un reportaje sobre casos de abusos sexuales en Gales, vinculando a un veterano político del Partido Conservador. El testigo no lo mencionó por su nombre, pero en redes sociales circuló de inmediato el nombre de lord McAlpine, tesorero del partido en la época de Margaret Thatcher.
La cadena ordenó un informe interno. Este reporte concluyó que hubo "fallos inaceptables" en la difusión del reportaje que involucró erróneamente a McAlpine. Este provocó, primero, la renuncia de George Entswile como director general de la BBC, a escasos 54 días de haber asumido el cargo. Y el 12 de noviembre renunciaron Helen Boaden y Stephen Michell, a quienes responsabilizaron del tratamiento informativo tanto del caso Saville como de las "fallas inaceptables" del reportaje de Newsnight.
El doble escándalo de pederastia --uno, por presunto ocultamiento, y el otro por una implicación calumniosa-- ha escalado hasta la divulgación de versiones sobre la renuncia de Chris Patten, presidente de la BBC Trust, que dirige todo el consorcio con 23 mil empleados y una audiencia global de 239 millones de personas.
El periódico The Times publicó ayer martes que, por ahora, Patten anda más preocupado en hallar un nuevo director general. Se menciona a Tony Hall, ex director de BBC News, la red de noticias mundiales más famosa de la cadena británica, así como a Ed Richards, actual director del organismo regulador de telecomunicaciones británico, y al director interino en funciones Jim Davie.
La crisis ha generado un nuevo debate en torno a la estructura de la BBC. Sus enemigos más fuertes, sobre todo de la prensa conservadora, acusan a la "corona audiovisual" de ser un elefante blanco, costoso para los ciudadanos (ya que se mantiene de una cuota impositiva) y "burocratizada", mientras que los grupos internos reclaman una "revisión estructural radical" y cortar los altos salarios de los directivos. Se "filtró" la versión de que el efímero director George Entwistle, con apenas 54 días al frente de la empresa, recibirá una indemnización de 715 mil dólares.
La cacería interna de los responsables de la BBC involucra a otros directivos y ex trabajadores de la BBC. Ha empañado al recién designado presidente de The New York Times, Mark Thompson, quien fue durante ocho años director ejecutivo de la BBC y su nombre ha salido a relucir en el escándalo de Savile.
El grupo del Times reafirmó su apoyo a Thompson y afirmó que los escándalos de la BBC no afectarían su nuevo trabajo.
Pese a todo, la prensa estadounidense y británica ya han expresado sus dudas sobre la "calidad moral" de Thompson para dirigir el periódico más influyente de Estados Unidos. "¿Qué sabía y cuánto supo?" de los abusos sexuales de Jimmy Savile. Esta es la pregunta que flota entre las columnas periodísticas principales.
Lo más interesante del caso BBC es la forma en que la corporación --apoyada aún por una mayoría de ciudadanos británicos-- procesará este duro golpe a su credibilidad. Sobre todo, hasta dónde llegará su investigación interna para eliminar focos de impunidad y autocensura, tan comunes en la mayoría de los corporativos de comunicación. Como en México bien sabemos.

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