Como en pocas ocasiones, hoy se puede usar de manera inmejorable la conseja popular que, por décadas, motejó como "pinches gringos mariguanos" a no pocos ciudadanos estadounidenses que daban y pagaban lo que fuera, por un cigarro de "yerba", como le llaman coloquialmente a la mariguana.
De hecho, en las décadas de los años 70 y 80 del siglo pasado, no pocos editoriales políticos de los llamados cartonistas o caricaturistas, mostraban la típica imagen del mexicano –en compañía de un nopal y del cuerno de la abundancia--, en abierto contraste con "el gringo", a quien dibujaban pegado al cigarro de "mota".
Hoy --y una vez que el consumo de mariguana es legal en los primeros dos estados norteamericanos--, el chascarrillo preferido de antaño proferido por los mexicanos a los ciudadanos estadounidenses –el de "pinches gringos mariguanos"--, ya no será un apodo. No, ahora pasará a la categoría de definición. Y es que por lo menos en dos estados de la Unión Americana gustan de ser "mariguanos", con todas las de la ley.
Pero en realidad el apodo a los consumidores estadounidenses de mariguana legal, será el menor de los problemas –una vez que por decisión propia la mariguana es legal en Washington y Colorado--, si lo comparamos con las verdaderas contradicciones entre el combate a muerte del cultivo, distribución y venta de mariguana en algunos estados de la propia Unión Americana --y en países como México--, y el florecimiento del negocio legal, altamente rentable y hasta virtuoso del cultivo, venta y consumo en otros estados.
Y esa contradicción será tal, que mientras en México y en 48 estados de la Unión Americana los traficantes de mariguana se pueden llevar como premio una bala, la muerte o la prisión, en los estados de Washington y Colorado esos mismos vendedores o los consumidores de mariguana se pueden llevar un descuento del 10 al 30 por ciento por la distribución, venta y consumo de mariguana.
Mientras que en Colorado los agricultores pueden ser premiados como los más productivos por cosechar diez toneladas de "yerba" por hectárea, en el resto del mundo esos mismos agricultores pudieran ser perseguidos y hasta pueden recibir cadena perpetua por el cultivo ilegal de mariguana.
Mientras que en Washington "el Chapo" puede ser el empresario más respetado, en México y el resto del mundo seguirá siendo el criminal más buscado. Mientras en México Joaquín Guzmán tiene una celda que lo espera en Puente Grande, en Colorado pudiera tener una oficina a todo lujo, pagar impuestos, y ser reconocido como el empresario que más empleos y riqueza genera. Podria compartir glorias con Bill Gates.
Mientras que en Colorado cualquiera se puede meter un porro de mota en una escuela, en un bar, en una oficina pública o privada, en el resto del mundo ese porro puede financiar una bala en la cabeza de un ciudadano mexicano, guatemalteco. Peor aún, un cigarro de mota consumido en Washington, puede comprar una bala que mate a un estadounidense en la frontera con México en la lucha contra el crimen, o en las peleas entre bandas del narcotráfico.
Mientras en México los cultivadores, distribuidores y vendedores de mariguana matan médicos, abogados, periodistas, en Colorado los médicos, abogados y periodistas son alegres consumidores de mota... recreativa, claro.
Mientras que en Washington el Presidente Obama puede pasearse por la Casa Blanca o por las calles fumando un porro de mota, en muchas otras partes del mundo el mismo Obama pudiera prometer ayuda oficial para combatir a los traficantes de mota.
Mientras que en Colorado y Washington se pudiera dedicar todo el espacio de tierra cultivable disponible, para la siembra de mariguana y para surtir al mercado del mundo, en los países pobres millones pudieran morir de hambre, por falta de alimentos. Y es que a quién carajo le importará cultivar alimentos, si el cultivo de cannabis es más rentable.
Mientras que los grandes barones de la droga –como "el Chapo", entre otros--, viajan por el mundo a salto de mata, en Colorado y Washington pudieran tener su residencia como respetados y prósperos agricultores. Y mientras que "el Chapo" y muchos otros viven ocultos en todo el mundo, en Colorado y Washington pudieran hacer un santuario de mafiosos de la mariguana.
Y claro, en Colorado y Washington, un Presidente como Calderón, que persigue a los criminales que cultivan distribuyen y venden droga, sería llevado a prisión, por perseguir a respetados y reputados empresarios, prohombres de la agricultura que proveen la mayor fuente de la recreación para el mundo, como la mota.
En el camino
¡Que la bala cayó del cielo! De risa loca. ¿O no?
Leído en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104
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