martes, 27 de agosto de 2013

Eduardo Ruiz-Healy - Tres casos de éxito energético; México no es uno de ellos

Ahora resulta que están siendo gobernados por traidores a la patria, esclavos del gran capital, neoliberales depravados y políticos corruptos todos aquellos países que en sus constituciones y/o leyes no han adoptado las ideas contenidas en los artículos 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Por lo menos eso infiero después de escuchar a todos aquellos que se oponen a reformar dos artículos constitucionales que en su oportunidad fueron reformados por dos presidentes cuyos legado nunca imaginé sería defendido por los izquierdistas mexicanos. Uno de ellos es Adolfo López Mateos, quien durante su gobierno (1958-64) no dudó en reprimir a sangre y fuego diversos movimientos sindicales, estudiantiles y populares dirigidos por los izquierdistas de esa época. El otro es Miguel de la Madrid Hurtado, el responsable de promover, entre 1982 y 1988, la llegada al poder de los tecnócratas neoliberales que la izquierda se ha encargado de satanizar durante los últimos 30 años. No sólo eso, De la Madrid es el que autorizó a que en julio de 1988 se perpetrara el fraude electoral en contra del entonces candidato presidencial del Frente Democrático Nacional (FDN), Cuauhtémoc Cárdenas, quien hoy es, aunque cuesta trabajo creerlo, defensor de parte de la herencia delamadridista y opositor a que los artículos 27 y 28 sean reformados para que se lean como quedaron en 1940 por iniciativa de su padre, el entonces presidente Lázaro Cárdenas.



Para los que se oponen a las reformas sugeridas tanto por el presidente Enrique Peña Nieto como por el PAN, el 27 y el 28 deben mantenerse como están a pesar de que la realidad y los números demuestran que el esquema legal que rige a la industria energética no ha propiciado el desarrollo de la misma ni la prosperidad nacional sino más bien lo contrario. ¿Qué pasa en aquellos países en donde conceptos como el de la soberanía nacional no son manipulados para su propio beneficio por nacionalistas demagogos o izquierdistas que se quedaron en el Siglo 20?

Consideremos el caso de Noruega, país socialista que en unas cuantas décadas ha desarrollado una muy prospera industria petrolera en la cual participan y compiten los sectores público y privado. Ahí todas las empresas petroleras, tanto la que es propiedad del estado como las privadas nacionales extranjeras, no pagan un solo centavo por concepto de regalías y bonificaciones por el petróleo extraído. Todas las empresas pagan 28 por ciento de impuesto sobre la renta, más 50 por ciento de impuesto por concepto de renta del recurso, tal como lo expliqué en este espacio los días 7 y 8 de agosto. El resultado de este esquema es que los habitantes de ese país han recibido grandes beneficios gracias a su industria petrolera, inmensamente mayores que los que hemos recibido los mexicanos de la nuestra.

En Holanda rige otro sistema y todas las petroleras son privadas, tanto nacionales como extranjeras. Éstas pagan regalías que van de 0 a 8 por ciento, dependiendo de la producción. También pagan un impuesto sobre la renta de 20 por ciento para utilidades de hasta 200 mil euros y de 25 por ciento para cantidades superiores. Adicionalmente pagan al estado un llamado impuesto de renta de superficie de 703 euros por kilómetro cuadrado de áreas de producción y de 235 a 703 euros por kilómetro cuadrado de áreas de exploración. Finalmente un impuesto de 50 por ciento sobre utilidades como participación del Estado. Hasta aquí he comentando el caso de dos países cuyas industrias energéticas están abiertas al sector privado y no son regidas por leyes como las que hoy defienden el PRD y la ultraizquierda. Curiosamente, en lo que estándares de vida se refiere, Noruega ocupa el tercer lugar en el índice elaborado por The Economist Intelligence Unit, después de Irlanda y Suiza, y Holanda el decimosexto.

¿Y qué sucede en Irlanda, un país que supo como zafarse de su historia llena de fracasos y nacionalismos absurdos para así convertirse en un país próspero con habitantes que disfrutan de una vida próspera?

A raíz del descubrimiento de depósitos de hidrocarburos en las costas irlandesas, el gobierno diseñó un esquema fiscal bastante atractivo para las empresas privadas, sean nacionales o extranjeras. Las petroleras que operan en Irlanda no pagan regalías ni bonificaciones pero si un impuesto corporativo por actividades petroleras de 25 por ciento. Adicionalmente de 5 a 15 por ciento de impuesto por concepto de renta del recurso, dependiendo de la rentabilidad del campo petrolero en relación al capital invertido.

No nos sorprendamos que dentro de algunos años los ciudadanos irlandeses estén disfrutando los grandes beneficios económicos de su industria petrolera mientras que los mexicanos, si no se moderniza y abre al sector privado la nuestra, sigamos recibiendo migajas o menos que eso.

Los habitantes de tres países europeos se han beneficiado y se beneficiarán durante un buen tiempo gracias a las atinadas políticas energéticas diseñadas por sus gobernantes. Lástima que México no pueda incluirse dentro de este club de ganadores

Twitter: @RuizHealy
Mail: eduardoruizhealy@gmail.com
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Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=188232

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