viernes, 18 de octubre de 2013

Eduardo Ruiz-Healy - La corrupción en la educación es enorme

Transparencia Internacional (TI) es una Organización No Gubernamental (ONG) presente en poco más de cien países que tiene una visión: un mundo en que los gobiernos, las empresas, la sociedad civil y las vidas cotidianas de las personas estén libres de corrupción.

Hace unos días TI publicó su Reporte Global de Corrupción en el educación. Al leerlo concluí que la corrupción ha penetrado, como la humedad, en todo el sistema educativo mexicano y que la llamada Reforma Educativa por sí sola no resolverá el problema si autoridades y ciudadanos no decidimos actuar de manera coordinada en contra todos los actos corruptos que afectan la educación y el futuro de la mayoría de nuestros niños y jóvenes.




La corrupción en la educación, señala el reporte, “es especialmente oneroso para los pobres que enfrentan dos veces las posibilidades de ser obligados a pagar sobornos por recibir servicios básicos que las personas más adineradas. La transparencia y mecanismos fuertes de rendición de cuentas hacen que sea más difícil que funcionarios escolares y personal universitario corruptos puedan disfrazar esta corrupción.”

¿Por qué existe tanta corrupción en el sector educativo? La respuesta es fácil: por la enorme cantidad de recursos públicos que se distribuyen a través de diversas instancias burocráticas mal supervisadas.

El Presupuesto de Egresos de la Federación 2014 que sometió el presidente Enrique Peña Nieto al Congreso hace algunas semanas destina poco más de 592 mil 500 millones de pesos a la educación, de los cuales muchos millones seguramente terminarán en los bolsillos de funcionarios públicos y empresarios corruptos.

El reporte de TI explica que “la naturaleza ilícita de la corrupción hace que sea difícil medir su costo en términos puramente financieros. También es muchas veces difícil diferenciar entre corrupción y mala administración en escuelas y universidades. Sin embargo, el costo social de la corrupción es enorme.

“Los niños son las primeras víctimas de la corrupción en la educación y esto puede afectar la integridad y la dignidad de una persona durante toda su vida, así como a la sociedad en general. La inversión social en los ciudadanos del futuro fracasa cuando los individuos pueden tener éxito siendo deshonestos y careciendo de méritos, engrosando las filas de líderes y profesionales incompetentes.

No solo la sociedad sino la vida humana puede ser puesta en peligro por médicos, jueces o ingenieros falsos o mal entrenados o por investigación científica falsa realizada por académicos corruptos.

“La corrupción en la educación afecta principalmente a los pobres y desfavorecidos, particularmente a las mujeres y a las minorías, que no tienen la capacidad de pagar los costos ocultos de admisión o jugar de acuerdo a las reglas que garantizan el éxito.

En áreas como el Camerún rural, los estudiantes pierden tres días de clases al mes por maestros faltistas. Los pobres también son los que menos pueden enfrentarse a un comportamiento corrupto. Ya sea que un aula corrupta apague la ambición u obligue a los niños a abandonar sus estudios, los miembros vulnerables de la sociedad pierden la oportunidad de realizar su potencial total y se mantiene así la desigualdad social.

“La corrupción en la educación es particularmente dañina ya que normaliza e incuba una aceptación social de la corrupción en las edades más tempranas. Ya que los niños raramente tienen la habilidad de cuestionar las reglas del aula, pueden internalizar puntos de vista corruptos sobre lo que se necesita para tener éxito y llevarlas después a la sociedad. Cuando esto se vuelve una norma social su ciclo se renueva con cada generación.”

TI anota que “la corrupción en las escuelas puede incluir el pago de sobornos en su construcción, escuelas y maestros fantasma y la desviación de recursos destinados a la compra de libros de texto y equipos, el pago de sobornos para tener acceso a la educación y la compra de calificaciones, nepotismo en el nombramiento de maestros, diplomas falsos, el mal uso de becas para provecho propio, ausentismo y las clases privadas en lugar de lugar de la enseñanza formal.

También se incluyen prácticas como la explotación sexual en el aula.

“Los actos corruptos en las instituciones de educación superior pueden ser similares a los que se dan en las escuelas, pero también hay actos particulares. Estos incluyen los pagos ilícitos para el reclutamiento y admisión, nepotismo en puestos de base, el pago de sobornos para obtener alojamiento en instalaciones universitarias o mejores calificaciones, influencia política y corporativa indebida en investigaciones, plagio, autorías fantasmas y mala conducta editorial en revistas académicas.

También se incluyen las fábricas de diplomas y acreditaciones, la manipulación de datos sobre empleos de los egresados y la corrupción en el reconocimiento de grados académicos en la educación transfronteriza.”

Actos de corrupción como los arriba anotados se cometen cotidianamente en instituciones educativas públicas y privadas de nuestro país. Lo peor del caso es que nada indica que se esté haciendo algo para prevenirlas, combatirlas y eliminarlas.

Twitter: @RuizHealy
Mail: eduardoruizhealy@gmail.com
www.ruizhealy.tumblr.com

Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=198464

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