China apuesta por liberalizar la economía y dejar que el mercado sea “decisivo”
La cúpula del Partido Comunista Chino asume el compromiso de disminuir la intervención del Estado
China ha dado un paso clave para acelerar el proceso de apertura y reforma iniciado hace tres décadas. Los líderes del país asiático han concluido este martes el Tercer Pleno del 18º Comité Central del Partido Comunista Chino con el compromiso de disminuir el papel del Estado en la economía. China profundizará sus reformas económicas para garantizar que el mercado juega un papel “decisivo” en la asignación de recursos, señala el comunicado hecho público tras la clausura de la reunión, según recoge la agencia oficial Xinhua. Desde que el país asiático decidió implementar la llamada ‘economía de mercado socialista’ en 1993, el papel del mercado ha sido definido a menudo como “básico”, señala la agencia.
La diferencia entre ambas palabras está cargada de significado. Pekín no ha dado, de momento, detalles de en qué se traduce el término “decisivo”, pero el periódico en inglés China Daily ha publicado hoy que Pekín abrirá las empresas estatales a mayor participación del sector privado, que podrá tomar hasta un 10% o un 15% del capital. El diario asegura que los “planes específicos de la reforma de las empresas públicas serán diseñados después del Tercer Pleno”.
“El objetivo general de las reformas aprobadas es mejorar y desarrollar el socialismo con características chinas e impulsar la modernización de los sistemas de gobierno y las capacidades del país”, señala el comunicado, recogido por Xinhua en diferentes entregas. “China debe ser construida con la realidad primordial de que continúa en la fase primaria del socialismo y que seguirá en ella durante mucho tiempo mientras prosigue reformas profundas y exhaustivas”. El texto añade que “la reforma económica es clave y la solución principal pasa por la relación adecuada entre el Gobierno y el mercado, y por dejar que el mercado juegue el papel decisivo en la asignación de recursos”.
El Comité Central concluye también que es necesario lograr “resultados decisivos en sectores claves”, y que “un marco bien desarrollado, científico, basado en procedimientos y efectivo debe estar en funcionamiento para 2020 con objeto de garantizar que las instituciones en todos los sectores son más maduras”. El comunicado asegura que será establecido un consejo de seguridad nacional, “que mejore los sistemas y las estrategias para garantizar la estrategia en seguridad”.
El texto continúa con una serie de frases generales en referencia a diferentes ámbitos. Dice que China “mejorará la gobernanza social y salvaguardará los intereses de la gente”, al tiempo que promueve un “mejor desarrollo social” y “garantiza el sustento de la gente y la estabilidad social”. También insta a que sean modificados o creados “sistemas para prevenir y poner fin de forma efectiva a las disputas sociales y mejorar la seguridad pública”, una referencia a problemas que pueden ir desde las frecuentes protestas por las expropiaciones ilegales de suelo al sistema de quejas y peticiones a las autoridades, que empuja a miles de chinos cada año a viajar a Pekín en busca de la justicia que consideran que no logran en sus provincias.
El Comité Central asegura que el PCCh creará un grupo para diseñar, coordinar y supervisar las reformas, pero no dice cuándo serán anunciadas o detalladas. Esto sugiere que los dirigentes, como se preveía, han acordado un marco amplio de temas y actuación, pero han dejado los detalles para más tarde, incluidas potenciales tensiones como el estatus de las empresas públicas.
Un área clave que los expertos consideran crucial para la transformación del modelo económico chino –la propiedad y el control del suelo- no es mencionada directamente. Tampoco hay señales de que haya sida abordada la posibilidad de cambios políticos, aunque tampoco se esperaba. A cambio, el comunicado afirma que “el PCCh debe reforzar y mejorar su liderazgo y debe ocupar de lleno su papel central de mando”. También dice que el partido debe mejorar su gobernanza “para garantizar el éxito de la reforma”.
Antes de comenzar el pleno del Comité Central -organismo integrado por 205 personas-, el pasado sábado, los dirigentes chinos habían dicho que se trataría de una reunión “sin precedentes”. Según el presidente,Xi Jinping, las reformas que saldrían del pleno serían “exhaustivas”, aunque analistas y observadores políticos rebajaron las expectativas.
Xi Jinping y su primer ministro, Li Keqiang, han prometido que para 2020 toda la población –urbana y rural- habrá duplicado los ingresos per cápita respecto a 2010. Su objetivo es crear nuevos motores de crecimiento, después de tres décadas de ritmo vertiginoso, impulsado por las exportaciones y la inversión. El Gobierno pretende bascular a un modelo de desarrollo más ligado al consumo y la inversión, más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, aunque esto implique crecer a menor ritmo. Algunas de las reformas que el Gobierno pretende llevar a cabo podrían ser obstaculizadas por poderosos grupos de interés en los monopolios estatales o en los gobiernos locales.
Pocos días antes del inicio del conciliábulo, el Centro de Investigación de Desarrollo del Consejo de Estado -un organismo de pensamiento estatal- destacó ocho áreas claves en las que debían llevarse a cabo las reformas: las industrias monopolio, el suelo, las finanzas, los sistemas de impuestos y fiscal, la apertura de la economía, la administración del Gobierno, los activos de propiedad estatal y el impulso de la innovación y el desarrollo ecológico. El informe de este centro señalaba la necesidad de mejorar el acceso al mercado y la competencia en industrias cruciales como la ferroviaria y la petrolera.
En un concienzudo informe publicado en marzo pasado, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) aseguró que el avance en la liberalización económica de China se había estancado desde 2008.
Los terceros plenos del Comité Central del Partido Comunista Chino han servido en el pasado para emprender importantes cambios económicos. Deng Xiaoping puso en marcha el proceso de apertura y reforma en el tercer pleno del 11º Comité Central, en diciembre 1978. En el de 1993, fue establecido el denominado sistema de economía socialista de mercado y se dio el impulso a la empresa privada. El producto interior bruto chino ha pasado de 364.500 millones de yuanes (44.600 millones de euros al cambio actual) en 1978 a 52 billones de yuanes (8,5 billones de euros) en 2012, con un volumen comercial que ha alcanzado 3,8 billones de dólares (2,8 billones de euros), cuando hace 35 años era de 20.600 millones de dólares (15.380 millones de euros).
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/12/actualidad/1384262893_722399.html
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