miércoles, 13 de noviembre de 2013

Francisco Garfias - Una baja en el grupo corderista

Me comprometí la semana pasada a contarles sobre elimpacto negativo que ha tenido en el Senado el protagonismo de Gabriela Cuevas, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara alta.
Lo prometido es deuda. Este reportero posee copia de la carta firmada por seis de los ocho presidentes de las distintas comisiones del ramo. En la misiva amenazan con renunciar si se mantiene el criterio de turnar todos los asuntos relacionados con el exterior a la Comisión que encabeza Cuevas.
Esa inusual práctica de turnar todo a Gabriela se estableció en los tiempos en los que su correligionario,Ernesto Cordero, presidía la Mesa Directiva del Senado. Las otras comisiones nomás no tenían materia qué dictaminar.




El relevo del consentidor senador calderonista en la presidencia de la Mesa Directiva acabó con los caprichos de Gabriela, aferrada a controlar todo lo que tuviera que ver con las relaciones exteriores.
Son siete las comisiones de relaciones exteriores que hay en el Senado, además de la general que encabeza la citada Cuevas.
La de África, que preside la senadora Margarita Flores Sánchez, PRI; la de América del Norte, Marcela Guerra, PRI; la de América Latina y el Caribe, Mariana Gómez del Campo, PAN; la de Asia-Pacífico, Teófilo Torres Corzo, PRI; Europa, Rabindranath Salazar Solorio, PRD; Organismos Internacionales, Laura Rojas, PAN; y Organismos No Gubernamentales, Lucero Saldaña, PRI.
Todos firmaron el documento menos Marcela Guerra. El texto está dirigido a Raúl Cervantes, sucesor de Corderoen la Mesa Directiva. Está fechado el 13 de septiembre del año en curso.
Los inconformes destacan que el artículo 86 de la Ley Orgánica del Congreso dice que las comisiones ordinarias tendrán a su cargo las cuestiones relacionadas con la materia propia de su denominación. El turno debe indicar la comisión que, de acuerdo con su especialidad, coordine los trabajos del dictamen.
Los firmantes solicitan a Cervantes modificar el criterio establecido por Cordero y que los asuntos que sean competencia de las comisiones de Relaciones Exteriores se hagan da acuerdo a la materia propia de su denominación.
Cito textual la carta:
“Le solicitamos atentamente considerar que en caso de mantenerse el mencionado criterio, renunciaremos a las presidencias de nuestras comisiones, al considerar que perderían relevancia y utilidad para este Senado”.
Cervantes puso orden y acabó con el feudo de Gabriela.
La cosa no para allí. Sus pares nos cuentan que Cuevas “se echó al piso” y fue a ver a Luis Videgaray y a José Antonio Meade. No le sirvió de mucho. Una más: organizó un viaje a Europa y no sólo no invitó al perredistaRabindranath, sino que ni siquiera le avisó.
Otra: en una reunión con el presidente chino no estaba programada para hablar. Se aferró a “posicionar” a su partido. El panista Ricardo Anaya, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, sí era orador en ese acto. Nos cuentan que Cordero habló desde España y abogó por ella. “Si es necesario quitamos a Anaya para que ella hable”, dijo el legislador.
 La senadora del PAN, usted recordará, nos acusó de mentirosos en Twitter. Mandó, además, una carta aExcélsior en la que reclamó su “derecho de réplica” a lo aparecido en este espacio. Jura que son falsas las versiones de que media docena de nombramientos de embajadores y cónsules estén “atorados” porque se negocian posiciones en el exterior para gente afín a su partido.
Le respondimos al día siguiente. Fuentes vinculadas a la cancillería nos dieron nombres de cónsules que permanecen en Estados Unidos por gestiones del PAN. Ya no reviró.
En la información me quedé corto. No son seis sino 13 los nombramientos congelados por sus pistolas. Otros diarios (Reforma y El Universal) confirmaron posteriormente lo aquí sostenido. Sólo que en ambos casos no hubo desmentidos. ¿Por qué sería?
La última versión es que Cuevas es ahora “vocera” deGustavo Madero y gestiona el regreso a embajadas de panistas prominentes como Luis Felpe Bravo Mena.
Y eso que en el “desmentido” aseguró que su conducta el frente de la Comisión ha sido institucional y que no se guía por intereses personales o de grupo.
Sobran comentarios.
 Cuevas, por cierto, ya causó baja del grupo corderista. Por eso no fue a la reunión que una veintena de senadores afines al secretario de Hacienda tuvieron la noche de lunes a martes en el restaurante Estoril de Polanco. Fue una velada maratónica. Hablaron de las reformas política y energética.
Salieron de madrugada con un acuerdo. No van a asumir una posición del “todo o nada” como en la reforma fiscal. Primero van a analizar la actitud del gobierno federal frente a la reforma político-electoral, antes de asumir una postura en relación con la energética.
“El grupo sigue sólido, sigue fuerte. No vamos a radicalizarnos como dos o tres del otro grupo (el deMadero), que ya quieren mandar todo a la chingada”, nos dijo un corderista. Son, adivinó usted, los mismos de siempre.
 Avanza la izquierda en la recolección de firmas para convocar una consulta popular sobre los cambios constitucionales en materia energética. La diputada local del PRD Dione Anguiano entregó ayer en el Senado 63 mil 500 firmas recogidas en la delegación Iztapalapa.
Para hacer obligatoria la realización de la consulta, la Constitución requiere alrededor de un millón 640 mil firmas de ciudadanos.
Según cuentas de la senadora Dolores Padierna, ya van 434 mil 187 firmas. Otro senador del PRD, Alejandro Encinas, pronostica que a finales del mes alcanzarán el millón de firmas. A ese ritmo pronto lograrán la cifra requerida.
La mayoría de los mexicanos no respaldan la reforma energética propuesta por el Ejecutivo, según las encuestas. ¿Qué va a hacer el gobierno y su partido en caso de que se reúnan las firmas requeridas? ¿Ir a la consulta? ¿Evadirla? Son preguntas.
                www.elarsenal.net
                http://panchogarfias.blogspot.com

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