viernes, 6 de septiembre de 2013

Rubén Cortés - Que manden sus hijos con maestros de AMLO

El problema de nuestros políticos de izquierda no es si son modernos o retrógrados. Es que les falta un tornillo: el de la congruencia.

Empezando por AMLO, quien ahora apoya a los maestros que están en contra de ser evaluados, pero en su pasada campaña presidencial expuso: “La evaluación es necesaria en todas las políticas públicas, y la de educación no es la excepción”.

Y que “la evaluación no es un fin en sí mismo, es un medio cuyo fin es mejorar la calidad, la pertinencia y la eficiencia del proceso educativo” (Propuestas para la educación, Reforma, 17 de mayo de 2012).

Que es lo mismo que plantea la Ley del Servicio Profesional Docente, contra la que ahora estrangulan el DF 20 mil maestros de AMLO.




Por eso alguien que conoce bien a la izquierda, el diputado perredista Fernando Belaunzarán, tuiteó: “Si AMLO, Epigmenio, Ackerman, Batres, Monreal piensan q educ. púb. bien, pq sus hijos en escuelas privadas?”.

Esta columna registró ayer que la izquierda que apoya a los maestros de AMLO tiene sus hijos en escuelas privadas y los manda a cursos de regularización en el extranjero, no con los maestros de AMLO. (http://www.razon.com.mx/spip.php?pa...)

@mafaldahd acotó en la red que “hijas del 2o matrimonio. Y tmbn el del Barzón tenia a sus hijas.....entons pus CÓMO? Ellos si desean mejor educación?”

Y @valceasr que “cualquier hijo de político va a escuelas privadas tienen como pagarlo, no es solo de la izquierda”.

Pero no se trata de satanizar a quien decide, por cualquier razón, mandar a sus hijos a estudiar en escuelas privadas. Pero sí de pedir congruencia a quienes, por sesgo ideológico, defienden lo indefendible.

¿Cómo construir una sociedad más justa si es precisamente en los estados con mayor pobreza donde, gracias a la CNTE, la educación para los menores se ha convertido un privilegio que sólo pueden pagar quienes más tienen?

La izquierda defiende a los maestros plantados en el Zócalo, pero no se identifica con los intereses de la mayoría a la que dice representar. ¿Cómo va a entender a los padres cuyos hijos no reciben clases porque sus maestros están en el Zócalo, si sus propios hijos reciben educación privada?

Es cómodo argumentar que a los docentes les han reducido sus derechos laborales (entre los que destacan el de heredar la plaza a sus familiares o el de no presentarse en las aulas para apoyar ciertas banderas políticas), cuando unos se aseguran de que sus hijos vayan a escuelas privadas.

Sí, educación para quienes puedan pagarla. Cierto, no debería de ser una bandera defendible para la izquierda. Pero sí lo es para la nuestra. Porque a la nuestra le falta el tornillo de la congruencia.

ruben.cortes@razon.com.mx
Twitter:
 @ruben_cortes


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