viernes, 6 de septiembre de 2013

Salvador Camarena - El GDF, la prensa y los arrestos

Primero lo más importante. Hay que manifestar rechazo total a la reiterada práctica de instancias del gobierno del Distrito Federal de incriminar a ciudadanos que no han cometido delito alguno. Me centro en el caso del fotógrafo/videasta Gustavo Ruiz, de la agencia Subversiones.

La policía de la ciudad de México ha marcado, de nueva cuenta, un ínfimo estándar de procedimientos no sólo “al calor” de las manifestaciones, cuando arrestó a Ruiz sin motivo ni justificación, sino cuando alguien, con tontería, decidió presentarlo, es decir exhibirlo, esposado.





La idea de humillar a un detenido, cuya culpabilidad aún tiene que ser demostrada ante un juez, es cavernaria. La decisión de hacerlo a pesar de los antecedentes recientes (#1DMx) y de denuncias inmediatas de que en el caso de Ruiz podría tratarse de un inocente, es un abuso no menor, y Miguel Ángel Mancera debe hacer pagar al autor del mismo por ello. Y debe comprometerse a que no se repita ni un caso más.

Si a lo anterior sumamos la cantidad de absurdos cargos que la policía levantó en contra de Ruiz, queda claro que el gobierno de la ciudad no ha aprendido nada de las justificadas críticas por los abusos policíacos de los últimos años.

Es urgente que el gobierno capitalino, los medios y los periodistas acordemos un mecanismo de acreditación formal para la prensa. Reitero: el abuso policíaco en contra de Ruiz, y de otros como él, no tiene justificación o atenuante alguno. Sin embargo, todos podemos contribuir a hacer más difícil tanto las “confusiones”, como el corregir de inmediato una detención indebida de un periodista.

Ciudades como Nueva York tienen protocolos para que la prensa cuente con una acreditación para cubrir sucesos y situaciones de riesgo. No es relevante si uno es de un medio establecido o freelance. Pero el periodista debe probar que ha publicado al menos seis veces sobre esos temas en un periodo de dos años al momento de la solicitud. Esa acreditación ayuda a tener el mejor acceso posible. Sin ella, uno no puede acercarse a escenas de crimen o a manifestaciones, por mencionar dos de las situaciones en las que es obligado contar con esa identificación que otorga la policía neoyorquina.

En la capital mexicana no hay un protocolo para que la prensa se acredite. Algunos colegas repelarán el registrarse ante una autoridad para ejercer un derecho. Pero con una acreditación oficial cualquiera que pruebe que publica regularmente tendría un mecanismo para protegerse de la propia policía del DF. Y si es detenido, prontamente se puede presionar para corregir el abuso.

Lo anterior no limitaría la libertad de ningún ciudadano para registrar actos públicos. Y sí ayudaría a proteger más, y a facilitar el mayor acceso posible, a los que profesionalmente se dedican a ello.

Nada justifica lo que se hizo contra Ruiz —que tiene programada la semana entrante una exposición en la fundación Pedro Meyer—, por lo que debe haber sanciones en la policía.

Un sistema de acreditación, con candados para que no sea usado por la autoridad como mecanismo de control, puede convertirse en un escudo que haga más difícil que ocurran estas aberraciones. Porque finalmente los periodistas nunca deben ser la noticia.

salvador.camarena@razon.mx
Twitter:
 @salcamarena



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.