Y siguen. Los miembros de la CNTE siguen en la ciudad. De nuevo las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Las imágenes de los profesores quitando las vallas que dividen al Circuito Interior exhiben una profunda “elocuencia”: no tienen otro plan de acción más que desquiciar a una ciudad que se está agotando de paciencia.
¿Qué estarán tramando ahora? Con la reforma educativa aprobada, la derrota de su movimiento es inminente. El ultimátum que les dio Gabino Cué para que puedan acceder al cobro de su nómina, aunque no han aceptado, sigue en pie y sería la alternativa más sensata para que regresaran a laborar. Pero siguen aquí, aunque ya sin el mayor de los sentidos. La reforma ya pasó.
¿Estarán buscando a su mártir? Pensémoslo así: la otra vía, acaso la última, que tiene el movimiento magisterial de la CNTE para validarse sería mediante una provocación aun mayor a las que ya han realizado. La posición de víctima facilita la escucha y hasta que se ceda a las peticiones. Eso decían las imágenes de ayer: cientos de profesores sobre el Bulevar Puerto Aéreo, colmando la paciencia de muchos ciudadanos, algunos residentes de la zona, otros más que tuvieron que llegar a pie a las instalaciones del aeropuerto para no perder sus vuelos.
Poco a poco la paciencia de los ciudadanos está agotándose. La de unas autoridades que poco han hecho por guardar el orden, también. Los miembros de la CNTE saben bien que colmando paciencias podrían posicionarse como mártires: como los mexicanos incomprendidos a quienes les pasó encima la fuerza de una ley que violentaron, pero “víctimas”, al fin.
Las pérdidas económicas en el Distrito Federal son cuantiosas. Ayer mismo las aerolíneas anunciaban que ofrecerían facilidades para que sus pasajeros no perdieran sus vuelos. Las decenas de comercios afectados en los alrededores del aeropuerto, al igual que aquellos sobre Paseo de la Reforma o el Zócalo, sólo ven cómo los días pasan sin que puedan regresar a su ritmo y contando las pérdidas.
Sería verdaderamente terrible para el movimiento que intentan legitimar que su estrategia final sea justo esa, la de buscar a su mártir. Si hasta hoy se han contenido todos los lados: maestros, autoridades, ciudadanos, la resolución al conflicto no debería acercarse al uso de la fuerza... que parece es lo que están esperando los de la CNTE.
A las autoridades se les agota el tiempo. Ya viene la manifestación de AMLO, ya llegaron los de los 400 Pueblos. Es cuestión de días para los festejos del 16 de Septiembre. ¿Qué pasará con el Zócalo? ¿Qué con el resto de las calles de la ciudad? ¿Seguirá el aeropuerto atrapado en las manifestaciones?
Forzosamente se deberá actuar; lo que esperamos es que la moneda de cambio no sea algo que se tenga que lamentar. Sería el peor de los escenarios para todos.
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